FRENTE NACIONAL DE MUJERES TRABAJADORAS
“ROSA LUXEMBURGO”
fnmt_rosaluxemburgo@hotmail.com
fnmt_rosaluxemburgo@yahoo.com.mx
“Nadie que no conozca un poco de historia ignorará que
las grandes revoluciones sociales solo son posibles cuando se cuenta con el
fermento femenino. Además los progresos sociales pueden medirse con exactitud
observando la posición social del sexo bello.
Carlos Marx. 1868.
El Frente, afirma que el derecho tiene que ser
legítimo, que los intereses de las mujeres
tienen que verse integrados en la normatividad Jurídica y para ello las mujeres, tienen que
participar de alguna manera en la elaboración de las reglas del juego, porque,
de otro modo esas normas no van a responder a criterios de integración. Nos proponemos desarrollar el Frente, para que
sea, efectivamente un frente de ciudadanas, suma superior de sus organizaciones,
de afiliadas y militantes, de masas y de cuadros, plural, democrático,
autogestionario, e impulsor de la organización autónoma de las mujeres y su
instrumento superior de lucha y
organización. Un Frente libertario que
ayude a las mujeres a liberarse no sólo económica y socialmente, sino también
ideológica, política, orgánica y moralmente. Que sea para las mujeres su libertad,
con una concepción y una práctica revolucionaria de la mujer y la sociedad. Que
su primer principio sea el culto a la dignidad de la mujer. Con pluralismo y
tolerancia donde se de una intensa discusión y lucha ideológica para que la
unidad de acción se forje de manera real y no ficticia. Donde se aprenda a
pensar con cabeza propia, se estudie, se reflexione y se analice. Donde se
dirija y no se administre y que cuando se dirija se haga con la influencia
legítima que es la lucha teórica e ideológica, el convencimiento y el ejemplo.
Que se construya armónicamente en lo teórico, lo
ideológico, lo político y lo orgánico. Que sea una auténtica asociación
voluntaria de revolucionarias o por lo menos donde dominen legítimamente las
revolucionarias. Un frente de masas vinculado estrechamente al pueblo. Donde
florezcan la autogestión y la autonomía, con direcciones estatales y centrales
que sean ejemplares, como órganos colectivos de dirección a través de los cuales el Frente se construya
y actúe en el seno de la sociedad civil.
DECLARACION DE PRINCIPIOS
En el germen fundamental de la sociedad: la familia,
la realidad asalta a la mujer cotidianamente. Ahí no hay discurso que valga ni
cifra estadística que pueda manipular el conocimiento amargo de las carencias,
el oprobio, la injusticia, inequidad, marginación, deslealtad y violencia de la que hoy por hoy
son víctimas miles de mujeres en nuestra patria.
Es inverosímil que en el inicio del segundo milenio de
nuestra era, existan instituciones públicas y políticas que aún no comprendan
que el movimiento de las mujeres es una expresión de madurez política y social,
que anuncia la nueva forma del humanismo. Sin embargo, la constante lucha y
demandas, de la movilización de la sociedad civil, de las organizaciones de
mujeres, de la voluntad de los gobiernos y los organismos internacionales y el
esmero de miles de mujeres visionarias, indestructibles en la historia real, ha
dado sus frutos dotándonos de nuevos y
valiosos instrumentos internacionales jurídico-político-sociales que entrañan
un valor histórico fundamental para la defensa y promoción de los derechos y
las libertades de las mujeres. Muchos de estos instrumentos aun son de papel,
pero han de transformarse si ante el
fuego de nuestros corazones se templan como el hierro.
La lucha de las mujeres frentistas no es por el
revanchismo, es por la dignidad, por la reivindicación de nuestro pueblo y sus
demandas, por la comprensión de las necesidades y derechos de las mujeres y las
de sus compañeros; no es una guerra de géneros, es un reacomodo equitativo e
igualitario de nuestros espacios.
Favorecemos el establecimiento de medidas de acción
positivas para conseguir una representación más equilibrada de los hombres y las mujeres en la vida
política, especialmente en los órganos de representación popular dentro del
total respeto a los derechos humanos universales, indisociables,
interdependientes e indivisibles de las mujeres que conduzca a la democracia
paritaria, entendida como pacto y funcionamiento de una sociedad y una cultura
organizadas a partir de las diferencias genéricas entre hombres y mujeres, que
asegure identidades genéricas plenas y libres. Democracia paritaria, sinónimo
de pluralidad, de igualdad en las oportunidades de participación, de
equidad y de tolerancia, para
conquistarla las mujeres precisamos homologarnos políticamente. Requerimos
hacer de nuestras necesidades y de nuestros derechos humanos un asunto de todas
y de todos. La causa de las mujeres aspira a trascender y concretarse en
instituciones, pactos jurídicos y políticos en derechos tangibles y concretos.
Valoramos la participación informada y la toma de
decisiones consciente, porque sabemos que en los vacíos de poder, se
infiltra la arbitrariedad burocrática, se recrean el dirigentismo, el
caudillismo. La libertad de organización, la libertad de decisión no sólo
se coarta, usando la fuerza, la amenaza,
la coacción, la información errónea o manipulada, la intriga, la exclusión.
También se coarta ahí donde el espíritu se anula, cuando la inteligencia y la
razón se dejan de lado y los prejuicios y pasiones se movilizan.
Decisiones irracionales, irreflexivas, espontáneas, no
son decisiones libres. Porque están bajo la presión de emociones como soporte
de las decisiones.
Somos partidarias de la democracia directa, es decir, que
el ciudadano no sólo delegue su capacidad de decidir a través de los representantes que elige por
eso favorecemos complementar la
democracia representativa, con ciertos elementos de la democracia directa como
son: revocación de mandato, referéndum, plebiscito,
candidaturas ciudadanas, e iniciativas legislativas populares de todo tipo.
Estos elementos de democracia directa preservan a las mayorías de caer en la
tentación de silenciar a las minorías y quitarles su libertad de acción y son
mecanismos que permiten profundizar los procesos democráticos.
El principio de igualdad entre la mujer y el hombre se
ha afirmado en la Constitución ,
así como en todos los instrumentos internacionales. No obstante, las cuotas de
genero estar consideradas en los códigos electorales federales y estatales son
incumplidas por las élites que deciden
en los Partidos Políticos, en los
últimos años la mujer no ha alcanzado la igualdad; su desigualdad, por otra
parte, se ha visto reafirmada de facto en la vida pública y política. Las
políticas y las decisiones que son factura exclusiva del hombre reflejan solo
una parte de la experiencia y las posibilidades humanas. La organización justa
y eficaz de la sociedad exige la inclusión y participación de todos sus
miembros en la vida cotidiana. Para superar siglos de marginación , de
inequidad en la vida pública, las mujeres
necesitamos también del estímulo y el apoyo de todos los sectores de la
sociedad para alcanzar una participación plena y efectiva y esa tarea deben
dirigirla el Estado, los Partidos políticos y los funcionarios públicos
garantizando medidas orientadas claramente a apoyar el principio de igualdad y,
por consiguiente, cumplir los principios constitucionales que garantizan la
igualdad de todos los ciudadanos. Si bien los regímenes democráticos han
aumentado las oportunidades de participación de la mujer en la vida política,
las innumerables barreras económicas, sociales y culturales que aún se nos
interponen limitan seriamente nuestra participación. No puede llamarse
democrática una sociedad en la que las mujeres estemos excluidas de la vida
pública y del proceso de adopción de decisiones. El concepto de democracia
tendrá significación real y dinámica, además de un efecto perdurable, sólo
cuando hombres y mujeres compartamos la adopción de decisiones políticas y
cuando los intereses de ambos se tengan
en cuenta por igual.
PROGRAMA DE ACCIÓN
Las mujeres contribuyen a la economía y a la lucha
contra la pobreza mediante su trabajo remunerado y no remunerado en el hogar,
en la comunidad, en su espacio laboral, las mujeres soportan una carga
desproporcionada al tratar de administrar el consumo y la producción en el
hogar en condiciones de creciente escasez. La pobreza afecta de manera
especialmente aguda a las mujeres que viven en hogares rurales. El riesgo de
caer en la pobreza es mayor para las mujeres que para los hombres,
especialmente en la vejez, donde los sistemas de seguridad social se basan en
el principio de empleo remunerado continuo. En la mayoría de los casos, las
mujeres no satisfacen ese requisito debido a las interrupciones en su trabajo,
provocadas por la desigual distribución del trabajo remunerado y no remunerado.
Además, las mujeres de más edad deben
hacer frente a mayores obstáculos para volver a incorporarse en el mercado de
trabajo. Las trabajadoras agrícolas expulsadas por la miseria de sus
comunidades indígenas ó rurales,
trabajan jornadas en los campos agrícolas privados más allá de lo permisible
por la ley, viven hacinadas junto con sus hijos en barracas, que no tienen
ningún tipo de servicio, su carácter de jornaleras por cosecha dificulta su sindicación. La mitad de los migrantes
hacia Estados Unidos en 2005 fueron mujeres jóvenes la mayoría de no mas de 30 años.
Las enormes diferencias de trato que
reciben las mujeres migrantes con respecto al genero masculino es de total
desprotección frente a los abusos de carácter físico y sexual por parte de los
coyotes, pero también de los patrones en los lugares de trabajo, de colegas en
los recorridos, y de autoridades policíacas en el lugar de destino las mujeres
sufren una mayor exposición a los trabajos menos calificados, de mayor
esfuerzo, más expuestos y peor pagados (labores domésticas, entretenimiento,
prostitución, maquiladora El incremento
en la fuerza de trabajo agrícola que se emplea en los Estados Unidos de América
está provocando que existan pueblos de mujeres adultas, población infantil y
ancianos, descansando gran parte de la sobrevivencia comunitaria en el esfuerzo
de estas mujeres, esposas, madres o hijas que asumen la responsabilidad del
hogar, del cuidado familiar, y, en muchos casos, las responsabilidades
laborales de cuidar la tierra.
El Frente denuncia y combate cualquier acción o
conducta basada en el género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico tanto en el ámbito público
como en el privado: que comprende, entre otros, violación, abuso sexual,
tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro, y acoso sexual y
toda forma de maltrato. En el frente se propondrán medidas preventivas y
correctivas para proteger a las mujeres víctimas de violencia, creando para
ello los albergues para mujeres en situación de riesgo.
El Frente buscará la inserción productiva de todas sus
afiliadas, militantes y dirigentes
para evitar parasitar de la política y darle a la actividad política un
sentido claramente de servicio al pueblo.
El
Frente promoverá la organización productiva y gestionará el acceso de las
mujeres en situación desventajosa de las zonas rurales, remotas y urbanas a
créditos que otorgan instituciones públicas y privadas, nacionales e
internacionales con asistencia técnica
y capacitación para aumentar sus
ingresos, liberando su potencial productivo para interrumpir el ciclo de
pobreza afín de que la mujer pueda disfrutar del producto de su propio trabajo
El Frente
examinará el efecto diferencial que los diversos sistemas electorales originan
en la representación de mujeres y propiciara la introducción de correctores,
impulsando y apoyando reformas en
el sistema electoral para situar a
mujeres en las listas electorales en posición de resultar efectivamente
elegidas y en proporción similar a los hombres. Instará a los Partidos Políticos a que adopten medidas eficaces, entre ellas
suministrar información y recursos financieros o de otra índole, para superar
los obstáculos a la plena participación y representación de la mujer, reformar
sus estructuras y normatividad para facilitar el acceso de mujeres en los
cargos superiores y en tomar las medidas internas pertinentes para asegurar que
las mujeres puedan participar en los procesos electorales en igualdad de
condiciones con los hombres.
En los partidos políticos, sindicatos, las
organizaciones empresariales, las asociaciones en general, las organizaciones
no gubernamentales, reforzará la función
de las mujeres en la toma decisiones.
Siendo los derechos humanos de carácter universal,
indisociable, interdependiente e indivisible, afirma que una visión global y
pluridimensional en materia de derechos humanos conduce a considerar que los
derechos de las mujeres se engloban indiscutiblemente dentro del concepto más
amplio de derechos humanos. En este contexto, éstas han de obtener una mayor
protección.
Así, las frentistas nos imponemos la tarea de informar
y sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia de la participación
igualitaria en la vida política, así como a tomar una serie de medidas que
favorezcan una participación equilibrada de los dos sexos en la vida política y
pública. Entre tales medidas destacamos
las siguientes:
Favorecer el nombramiento de mujeres en los cargos
públicos gubernamentales, municipales,
estatales y federales proponiendo cargos reservados a mujeres.
Las mujeres Frentistas dedicarán especial atención a
las tareas de educación política, luchando por vencer su propio analfabetismo
para convertirse en verdaderas agitadoras, propagandizadoras y
organizadoras en el seno del pueblo,
luchará porque la mujer aprenda a gobernar las organizaciones a las que
pertenece y a desarrollar sus cualidades de dirigente para la causa de la
democracia, la unidad del pueblo trabajador y la plena emancipación de la
mujer.
Se promoverán proyectos de vivienda que favorezcan a
las mujeres y a nuestros hijos.
Buscaremos que todas las mujeres tengan acceso a
servicios de salud para ellas y sus dependientes económicos.
Creemos que educar a un hombre es bueno, pero por los
roles tradicionales asignados a las mujeres, educar a una mujer es educar a una
familia, por lo que impulsaremos programas de capacitación y educativos que
enriquezcan la formación de las mujeres.
Las niñas suelen ser consideradas inferiores y se les
enseña a ponerse siempre en último lugar, con lo que se les quita el sentido de
su propia dignidad. La maternidad a edades muy tempranas entraña complicaciones
durante el embarazo y el parto y constituye un riesgo para la salud de la
madre. Los niveles de morbilidad y mortalidad entre los hijos de madres jóvenes
son más elevados. La maternidad precoz sigue constituyendo un impedimento para
la mejora de la condición educativa, económica y social de la mujer, al reducir
gravemente las oportunidades educativas y de empleo afectando a largo plazo
negativamente la calidad de vida de la mujer y sus hijos. El frente favorecerá políticas públicas que promuevan un entorno
educativo que elimine las barreras que impiden la asistencia a las escuelas de
las niñas casadas o embarazadas y las madres jóvenes, mediante servicios de
guardería asequibles y accesibles. En el frente favorecemos las relaciones afectivas sin
que medie coacción física, económica, política o psicológica. Favoreceremos la libertad sexual y reproductiva
informada y conciente, por lo que se tomarán las medidas pertinentes para que
las frentistas y otras mujeres tengan conocimiento sobre su sexualidad y la
ejerzan de manera libre y responsable. Que las jóvenes, sobre todo las
adolescentes, reciban información en materia de fisiología reproductiva, salud
reproductiva y salud sexual, enfermedades de transmisión sexual, transmisión y
prevención del VIH/SIDA.
El consumo de drogas entre nuestros hijos provoca
marginación social, desadaptación
emocional, dependencia económica, además de cancelar su capacidad de acceso al
poder del conocimiento al atacar de
manera directa su red neuronal, y ser la ruta más segura hacia el mundo
delincuencial. Ante esto el frente,
tutelará la creación de centros para tratamiento y rehabilitación de jóvenes
con problemas de drogadicción. Elaborará las iniciativas legislativas que
permitan la transferencia de bienes muebles y financieros confiscados al
narcotráfico a organizaciones de la sociedad civil y/o a programas
gubernamentales de atención y rehabilitación de las victimas de estas
actividades.
Aún cuando el Congreso de la Unión promulgó la educación
preescolar como obligatoria, la cobertura a nivel nacional por la secretaria de
educación pública enfrenta rezagos en las zonas urbanas, rurales e indígenas;
en la primera los servicios de educación privados medran al amparo del rezago,
en las segundas ese derecho se enfrenta a los usos y costumbres comunitarios.
El acceso al saber, al
conocer enfrenta, en el sistema de educación primaria, la ausencia de cuerpos
multidisciplinarios profesionales que detecten problemas de conducta y aprendizaje,
y establezcan estrategias de intervención terapéutica para su corrección. Las
causas que originan problemas de conducta y aprendizaje pueden ser varias,
algunas son de origen físico (debilidad visual, hipoacustia, problemas
neurológicos, endócrinos, desnutrición, etc.), otras psicológico (sensación,
percepción, memoria, emoción, personalidad, aprendizaje, imaginación,
creatividad, las cuales pueden verse afectadas por baja autoestima,
desatención, maltrato, depresión, abuso sexual, privación sensorial, etc), y
algunas más por inadecuados métodos de conducción pedagógica (inadecuados
métodos de estudio, falta de material didáctico, deficiente estructura en los
programas y planes de estudio, etc.).
Ante esto nuestra organización fomentará la creación de centros educativos de psicodiagnóstico que
detecten problemas de conducta y aprendizaje y establezcan las formas de
intervención terapéutica que favorezcan su corrección, entendiendo que la edad
más adecuada para lograr esto es cuando la red neuronal se encuentra en pleno
desarrollo, es decir en los primeros años de vida.
FRATERNALMENTE
“SI
CREAMOS VIDA, somos capaces de CREARLO TODO”
M
en C Mireya Rodríguez Corona
Presidente
del Consejo Central del FNM-Rosa Luxemburgo
Notas:
.
(1) Marco conceptual sobre enfoque de género: A mediados de
los años setenta comienza a surgir el enfoque de género, como respuesta a los
interrogantes teòrico-metodológicos planteados por la constatación de evidentes
asimetrías y desigualdades existentes entre hombres y mujeres en función de su
sexo. Se puede definir género, como una construcción cultural, social e
histórica que, sobre la base biológica del sexo, determina valorativamente lo
masculino y lo femenino en la sociedad, y las identidades subjetivas
colectivas. El género también condiciona la valoración social asimétrica para
hombres y mujeres y la relación de poder que se establece entre ellos. Además,
las relaciones de género están intersectadas e implicadas en otras relaciones sociales: de producción,
etnicidad, nacionalidad, religión y otras de carácter generacional. El sistema
de género como tal no está aislado, sino que se articula con otros sistemas de
relaciones sociales.
La igualdad de género significa que la mujer y el hombre
disfrutan de la misma situación y que tienen iguales condiciones para la plena
realización de sus derechos humanos y su potencial de contribuir al desarrollo,
político, económico, social y cultural, y de beneficiarse de los resultados. La
igualdad de género es, por lo tanto, la valoración imparcial por parte de la
sociedad de las similitudes y diferencias entre el hombre y la mujer, y de los
diferentes papeles que cada uno juega.
De allí que para el logro de la igualdad de género sea
necesario el establecimiento de un conjunto de medidas de equidad de género que
permitan compensar las desventajas históricas y sociales que les impiden
disfrutar por igual de los beneficios del desarrollo y tener un acceso
igualitario a las decisiones públicas y privadas y al poder. La equidad de
género es, por tanto, un camino hacia la igualdad de género. El Programa
Interamericano sobre Promoción de los Derechos Humanos de la Mujer y la Equidad e Igualdad de
Género se orienta a fomentar este proceso.
La incorporación de la perspectiva de género es “una estrategia
destinada a hacer que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, así
como de los hombres, sean un elemento integrante de la elaboración, la
aplicación, la supervisión y la evaluación
de las políticas y los programas en todas las esferas políticas,
económicas y sociales, a fin de que las mujeres y los hombres se beneficien por
igual y se impida que se perpetúe la desigualdad”.
1 comentario:
Hello. And Bye.
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