DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA MUJER

viernes, 10 de agosto de 2012


FRENTE NACIONAL DE MUJERES TRABAJADORAS
“ROSA LUXEMBURGO”
fnmt_rosaluxemburgo@hotmail.com
fnmt_rosaluxemburgo@yahoo.com.mx

“Nadie que no conozca un poco de historia ignorará que las grandes revoluciones sociales solo son posibles cuando se cuenta con el fermento femenino. Además los progresos sociales pueden medirse con exactitud observando la posición social del sexo bello.  Carlos Marx. 1868.

El Frente, afirma que el derecho tiene que ser legítimo, que los intereses de las mujeres  tienen que verse integrados en la normatividad Jurídica  y para ello las mujeres, tienen que participar de alguna manera en la elaboración de las reglas del juego, porque, de otro modo esas normas no van a responder a criterios de integración.  Nos proponemos desarrollar el Frente, para que sea, efectivamente un frente de ciudadanas, suma superior de sus organizaciones, de afiliadas y militantes, de masas y de cuadros, plural, democrático, autogestionario, e impulsor de la organización autónoma de las mujeres y su instrumento superior de lucha  y organización.  Un Frente libertario que ayude a las mujeres a liberarse no sólo económica y socialmente, sino también ideológica, política, orgánica y moralmente. Que sea para las mujeres su libertad, con una concepción y una práctica revolucionaria de la mujer y la sociedad. Que su primer principio sea el culto a la dignidad de la mujer. Con pluralismo y tolerancia donde se de una intensa discusión y lucha ideológica para que la unidad de acción se forje de manera real y no ficticia. Donde se aprenda a pensar con cabeza propia, se estudie, se reflexione y se analice. Donde se dirija y no se administre y que cuando se dirija se haga con la influencia legítima que es la lucha teórica e ideológica, el convencimiento y el ejemplo.

Que se construya armónicamente en lo teórico, lo ideológico, lo político y lo orgánico. Que sea una auténtica asociación voluntaria de revolucionarias o por lo menos donde dominen legítimamente las revolucionarias. Un frente de masas vinculado estrechamente al pueblo. Donde florezcan la autogestión y la autonomía, con direcciones estatales y centrales que sean ejemplares, como órganos colectivos de dirección  a través de los cuales el Frente se construya y actúe en el seno de la sociedad civil.


DECLARACION DE PRINCIPIOS

En el germen fundamental de la sociedad: la familia, la realidad asalta a la mujer cotidianamente. Ahí no hay discurso que valga ni cifra estadística que pueda manipular el conocimiento amargo de las carencias, el oprobio, la injusticia, inequidad, marginación,  deslealtad y violencia de la que hoy por hoy son víctimas miles de mujeres en nuestra patria.

Es inverosímil que en el inicio del segundo milenio de nuestra era, existan instituciones públicas y políticas que aún no comprendan que el movimiento de las mujeres es una expresión de madurez política y social, que anuncia la nueva forma del humanismo. Sin embargo, la constante lucha y demandas, de la movilización de la sociedad civil, de las organizaciones de mujeres, de la voluntad de los gobiernos y los organismos internacionales y el esmero de miles de mujeres visionarias, indestructibles en la historia real, ha dado sus frutos  dotándonos de nuevos y valiosos instrumentos internacionales jurídico-político-sociales que entrañan un valor histórico fundamental para la defensa y promoción de los derechos y las libertades de las mujeres. Muchos de estos instrumentos aun son de papel, pero han de transformarse  si ante el fuego de nuestros corazones se templan como el hierro.

La lucha de las mujeres frentistas no es por el revanchismo, es por la dignidad, por la reivindicación de nuestro pueblo y sus demandas, por la comprensión de las necesidades y derechos de las mujeres y las de sus compañeros; no es una guerra de géneros, es un reacomodo equitativo e igualitario de nuestros espacios.
Favorecemos el establecimiento de medidas de acción positivas para conseguir una representación más equilibrada de  los hombres y las mujeres en la vida política, especialmente en los órganos de representación popular dentro del total respeto a los derechos humanos universales, indisociables, interdependientes e indivisibles de las mujeres que conduzca a la democracia paritaria, entendida como pacto y funcionamiento de una sociedad y una cultura organizadas a partir de las diferencias genéricas entre hombres y mujeres, que asegure identidades genéricas plenas y libres. Democracia paritaria, sinónimo de pluralidad, de igualdad en las oportunidades de participación, de equidad  y de tolerancia, para conquistarla las mujeres precisamos homologarnos políticamente. Requerimos hacer de nuestras necesidades y de nuestros derechos humanos un asunto de todas y de todos. La causa de las mujeres aspira a trascender y concretarse en instituciones, pactos jurídicos y políticos en derechos tangibles y concretos.

Valoramos la participación informada y la toma de decisiones consciente,  porque   sabemos que en los vacíos de poder, se infiltra la arbitrariedad burocrática, se recrean el dirigentismo, el caudillismo. La libertad de organización, la libertad de decisión no sólo se  coarta, usando la fuerza, la amenaza, la coacción, la información errónea o manipulada, la intriga, la exclusión. También se coarta ahí donde el espíritu se anula, cuando la inteligencia y la razón se dejan de lado y los prejuicios y pasiones se movilizan.

Decisiones irracionales, irreflexivas, espontáneas, no son decisiones libres. Porque están bajo la presión de emociones como soporte de las decisiones.
Somos partidarias de la democracia directa, es decir, que el ciudadano no sólo delegue su capacidad de decidir  a través de los representantes que elige por eso favorecemos complementar  la democracia representativa, con ciertos elementos de la democracia directa como son: revocación de mandato, referéndum,  plebiscito, candidaturas ciudadanas, e iniciativas legislativas populares de todo tipo. Estos elementos de democracia directa preservan a las mayorías de caer en la tentación de silenciar a las minorías y quitarles su libertad de acción y son mecanismos que permiten profundizar los procesos democráticos.

El principio de igualdad entre la mujer y el hombre se ha afirmado en la Constitución, así como en todos los instrumentos internacionales. No obstante, las cuotas de genero estar consideradas en los códigos electorales federales y estatales son incumplidas  por las élites que deciden en los Partidos Políticos,  en los últimos años la mujer no ha alcanzado la igualdad; su desigualdad, por otra parte, se ha visto reafirmada de facto en la vida pública y política. Las políticas y las decisiones que son factura exclusiva del hombre reflejan solo una parte de la experiencia y las posibilidades humanas. La organización justa y eficaz de la sociedad exige la inclusión y participación de todos sus miembros en la vida cotidiana. Para superar siglos de marginación , de inequidad en la vida pública, las mujeres  necesitamos también del estímulo y el apoyo de todos los sectores de la sociedad para alcanzar una participación plena y efectiva y esa tarea deben dirigirla el Estado, los Partidos políticos y los funcionarios públicos garantizando medidas orientadas claramente a apoyar el principio de igualdad y, por consiguiente, cumplir los principios constitucionales que garantizan la igualdad de todos los ciudadanos. Si bien los regímenes democráticos han aumentado las oportunidades de participación de la mujer en la vida política, las innumerables barreras económicas, sociales y culturales que aún se nos interponen limitan seriamente nuestra participación. No puede llamarse democrática una sociedad en la que las mujeres estemos excluidas de la vida pública y del proceso de adopción de decisiones. El concepto de democracia tendrá significación real y dinámica, además de un efecto perdurable, sólo cuando hombres y mujeres compartamos la adopción de decisiones políticas y cuando  los intereses de ambos se tengan en cuenta por igual.


PROGRAMA DE ACCIÓN

Las mujeres contribuyen a la economía y a la lucha contra la pobreza mediante su trabajo remunerado y no remunerado en el hogar, en la comunidad, en su espacio laboral, las mujeres soportan una carga desproporcionada al tratar de administrar el consumo y la producción en el hogar en condiciones de creciente escasez. La pobreza afecta de manera especialmente aguda a las mujeres que viven en hogares rurales. El riesgo de caer en la pobreza es mayor para las mujeres que para los hombres, especialmente en la vejez, donde los sistemas de seguridad social se basan en el principio de empleo remunerado continuo. En la mayoría de los casos, las mujeres no satisfacen ese requisito debido a las interrupciones en su trabajo, provocadas por la desigual distribución del trabajo remunerado y no remunerado. Además,  las mujeres de más edad deben hacer frente a mayores obstáculos para volver a incorporarse en el mercado de trabajo. Las trabajadoras agrícolas expulsadas por la miseria de sus comunidades indígenas  ó rurales, trabajan jornadas en los campos agrícolas privados más allá de lo permisible por la ley, viven hacinadas junto con sus hijos en barracas, que no tienen ningún tipo de servicio, su carácter de jornaleras por cosecha dificulta  su sindicación. La mitad de los migrantes hacia Estados Unidos en 2005 fueron mujeres jóvenes la mayoría de no mas de 30 años. Las enormes diferencias  de trato que reciben las mujeres migrantes con respecto al genero masculino es de total desprotección frente a los abusos de carácter físico y sexual por parte de los coyotes, pero también de los patrones en los lugares de trabajo, de colegas en los recorridos, y de autoridades policíacas en el lugar de destino las mujeres sufren una mayor exposición a los trabajos menos calificados, de mayor esfuerzo, más expuestos y peor pagados (labores domésticas, entretenimiento, prostitución, maquiladora   El incremento en la fuerza de trabajo agrícola que se emplea en los Estados Unidos de América está provocando que existan pueblos de mujeres adultas, población infantil y ancianos, descansando gran parte de la sobrevivencia comunitaria en el esfuerzo de estas mujeres, esposas, madres o hijas que asumen la responsabilidad del hogar, del cuidado familiar, y, en muchos casos, las responsabilidades laborales de cuidar la tierra.

El Frente denuncia y combate cualquier acción o conducta basada en el género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico tanto en el ámbito público  como en el privado: que comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro, y acoso sexual y toda forma de maltrato. En el frente se propondrán medidas preventivas y correctivas para proteger a las mujeres víctimas de violencia, creando para ello los albergues para mujeres en situación de riesgo.

El Frente buscará la inserción productiva de todas sus afiliadas, militantes y dirigentes    para evitar parasitar de la política y darle a la actividad política un sentido claramente de servicio al pueblo.

El Frente promoverá la organización productiva y gestionará el acceso de las mujeres en situación desventajosa de las zonas rurales, remotas y urbanas a créditos que otorgan instituciones públicas y privadas, nacionales e internacionales  con asistencia técnica y  capacitación para aumentar sus ingresos, liberando su potencial productivo para interrumpir el ciclo de pobreza afín de que la mujer pueda disfrutar del producto de su propio trabajo

 El Frente examinará el efecto diferencial que los diversos sistemas electorales originan en la representación de mujeres y propiciara la introducción de correctores, impulsando y apoyando  reformas en el  sistema electoral para situar a mujeres en las listas electorales en posición de resultar efectivamente elegidas y en proporción similar a los hombres. Instará a los  Partidos Políticos  a que adopten medidas eficaces, entre ellas suministrar información y recursos financieros o de otra índole, para superar los obstáculos a la plena participación y representación de la mujer, reformar sus estructuras y normatividad para facilitar el acceso de mujeres en los cargos superiores y en tomar las medidas internas pertinentes para asegurar que las mujeres puedan participar en los procesos electorales en igualdad de condiciones con los hombres.

En los partidos políticos, sindicatos, las organizaciones empresariales, las asociaciones en general, las organizaciones no gubernamentales,  reforzará la función de las mujeres en la toma decisiones.

Siendo los derechos humanos de carácter universal, indisociable, interdependiente e indivisible, afirma que una visión global y pluridimensional en materia de derechos humanos conduce a considerar que los derechos de las mujeres se engloban indiscutiblemente dentro del concepto más amplio de derechos humanos. En este contexto, éstas han de obtener una mayor protección.
Así, las frentistas nos imponemos la tarea de informar y sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia de la participación igualitaria en la vida política, así como a tomar una serie de medidas que favorezcan una participación equilibrada de los dos sexos en la vida política y pública.  Entre tales medidas destacamos las siguientes:

Favorecer el nombramiento de mujeres en los cargos públicos gubernamentales,  municipales, estatales y federales proponiendo cargos reservados a mujeres.

Las mujeres Frentistas dedicarán especial atención a las tareas de educación política, luchando por vencer su propio analfabetismo para convertirse en verdaderas agitadoras, propagandizadoras y organizadoras  en el seno del pueblo, luchará porque la mujer aprenda a gobernar las organizaciones a las que pertenece y a desarrollar sus cualidades de dirigente para la causa de la democracia, la unidad del pueblo trabajador y la plena emancipación de la mujer.

Se promoverán proyectos de vivienda que favorezcan a las mujeres y a nuestros hijos.

Buscaremos que todas las mujeres tengan acceso a servicios de salud para ellas y sus dependientes económicos.

Creemos que educar a un hombre es bueno, pero por los roles tradicionales asignados a las mujeres, educar a una mujer es educar a una familia, por lo que impulsaremos programas de capacitación y educativos que enriquezcan la formación de las mujeres.

Las niñas suelen ser consideradas inferiores y se les enseña a ponerse siempre en último lugar, con lo que se les quita el sentido de su propia dignidad. La maternidad a edades muy tempranas entraña complicaciones durante el embarazo y el parto y constituye un riesgo para la salud de la madre. Los niveles de morbilidad y mortalidad entre los hijos de madres jóvenes son más elevados. La maternidad precoz sigue constituyendo un impedimento para la mejora de la condición educativa, económica y social de la mujer, al reducir gravemente las oportunidades educativas y de empleo afectando a largo plazo negativamente la calidad de vida de la mujer y sus hijos. El frente favorecerá  políticas públicas que promuevan un entorno educativo que elimine las barreras que impiden la asistencia a las escuelas de las niñas casadas o embarazadas y las madres jóvenes, mediante servicios de guardería asequibles y accesibles. En el frente favorecemos las relaciones afectivas sin que medie coacción física, económica, política o psicológica. Favoreceremos la libertad sexual y reproductiva informada y conciente, por lo que se tomarán las medidas pertinentes para que las frentistas y otras mujeres tengan conocimiento sobre su sexualidad y la ejerzan de manera libre y responsable. Que las jóvenes, sobre todo las adolescentes, reciban información en materia de fisiología reproductiva, salud reproductiva y salud sexual, enfermedades de transmisión sexual, transmisión y prevención del VIH/SIDA.


El consumo de drogas entre nuestros hijos provoca marginación  social, desadaptación emocional, dependencia económica, además de cancelar su capacidad de acceso al poder del conocimiento  al atacar de manera directa su red neuronal, y ser la ruta más segura hacia el mundo delincuencial.  Ante esto el frente, tutelará la creación de centros para tratamiento y rehabilitación de jóvenes con problemas de drogadicción. Elaborará las iniciativas legislativas que permitan la transferencia de bienes muebles y financieros confiscados al narcotráfico a organizaciones de la sociedad civil y/o a programas gubernamentales de atención y rehabilitación de las victimas de estas actividades.

Aún cuando el Congreso de la Unión promulgó la educación preescolar como obligatoria, la cobertura a nivel nacional por la secretaria de educación pública enfrenta rezagos en las zonas urbanas, rurales e indígenas; en la primera los servicios de educación privados medran al amparo del rezago, en las segundas ese derecho se enfrenta a los usos y costumbres comunitarios.

El acceso al saber, al conocer enfrenta, en el sistema de educación primaria, la ausencia de cuerpos multidisciplinarios profesionales que detecten problemas de conducta y aprendizaje, y establezcan estrategias de intervención terapéutica para su corrección. Las causas que originan problemas de conducta y aprendizaje pueden ser varias, algunas son de origen físico (debilidad visual, hipoacustia, problemas neurológicos, endócrinos, desnutrición, etc.), otras psicológico (sensación, percepción, memoria, emoción, personalidad, aprendizaje, imaginación, creatividad, las cuales pueden verse afectadas por baja autoestima, desatención, maltrato, depresión, abuso sexual, privación sensorial, etc), y algunas más por inadecuados métodos de conducción pedagógica (inadecuados métodos de estudio, falta de material didáctico, deficiente estructura en los programas y planes de estudio, etc.).  Ante esto nuestra organización fomentará la creación de  centros educativos de psicodiagnóstico que detecten problemas de conducta y aprendizaje y establezcan las formas de intervención terapéutica que favorezcan su corrección, entendiendo que la edad más adecuada para lograr esto es cuando la red neuronal se encuentra en pleno desarrollo, es decir en los primeros años de vida.

FRATERNALMENTE
“SI CREAMOS VIDA, somos capaces de CREARLO TODO”
M en C Mireya Rodríguez Corona
Presidente del Consejo Central del FNM-Rosa Luxemburgo

Notas:
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(1) Marco conceptual sobre enfoque de género: A mediados de los años setenta comienza a surgir el enfoque de género, como respuesta a los interrogantes teòrico-metodológicos planteados por la constatación de evidentes asimetrías y desigualdades existentes entre hombres y mujeres en función de su sexo. Se puede definir género, como una construcción cultural, social e histórica que, sobre la base biológica del sexo, determina valorativamente lo masculino y lo femenino en la sociedad, y las identidades subjetivas colectivas. El género también condiciona la valoración social asimétrica para hombres y mujeres y la relación de poder que se establece entre ellos. Además, las relaciones de género están intersectadas e implicadas  en otras relaciones sociales: de producción, etnicidad, nacionalidad, religión y otras de carácter generacional. El sistema de género como tal no está aislado, sino que se articula con otros sistemas de relaciones sociales.

La igualdad de género significa que la mujer y el hombre disfrutan de la misma situación y que tienen iguales condiciones para la plena realización de sus derechos humanos y su potencial de contribuir al desarrollo, político, económico, social y cultural, y de beneficiarse de los resultados. La igualdad de género es, por lo tanto, la valoración imparcial por parte de la sociedad de las similitudes y diferencias entre el hombre y la mujer, y de los diferentes papeles que cada uno juega.

De allí que para el logro de la igualdad de género sea necesario el establecimiento de un conjunto de medidas de equidad de género que permitan compensar las desventajas históricas y sociales que les impiden disfrutar por igual de los beneficios del desarrollo y tener un acceso igualitario a las decisiones públicas y privadas y al poder. La equidad de género es, por tanto, un camino hacia la igualdad de género. El Programa Interamericano sobre Promoción de los Derechos Humanos de la Mujer y la Equidad e Igualdad de Género se orienta a fomentar este proceso.

La incorporación de la perspectiva de género es “una estrategia destinada a hacer que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, así como de los hombres, sean un elemento integrante de la elaboración, la aplicación, la supervisión y la evaluación  de las políticas y los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, a fin de que las mujeres y los hombres se beneficien por igual y se impida que se perpetúe la desigualdad”.